Dormir y descansar es biológicamente necesario para la vida. En tanto, la carencia de sueño puede impactar de manera negativa nuestra salud, ya sea a nivel funcional, físico o psicológico.
Sin embargo, por más voluntad que tengamos de dormir bien, existen trastornos que lo dificultan o lo impiden. Uno de ellos es el aumento de la actividad de los músculos masticatorios, más conocido como bruxismo.
Si bien es un padecimiento que principalmente afecta los dientes, es uno de los trastornos del sueño más típicos. No son pocos quienes, sin propósitos funcionales, rechinan y aprietan sus dientes mientras duermen o están despiertos.
¿De qué se trata el bruxismo?
Es una parafunción de la musculatura mandibular persistente. En palabras simples, es un trastorno en donde apretamos o rechinamos los dientes excesivamente, en donde movemos la mandíbula de atrás hacia adelante y viceversa, produciendo así el desgaste de los dientes.
Existen dos tipos de bruxismo: uno es el céntrico, en el que sólo se aprietan los dientes de forma estática y persistente, y el otro se llama excéntrico, en donde hay un deslizamiento de las piezas dentales y por eso genera un ruido.
El término para referirse a quien sufre de este trastorno del movimiento mandibular es bruxópata. Si bien se puede producir tanto durante la noche como el día, es frecuente que ocurra al dormir (bruxismo nocturno), pues generalmente lo hacemos de manera inconsciente y es más difícil de detectar y controlar.
Un paciente que es bruxópata, puede pasar por una contracción muscular sostenida hasta por cinco minutos sin producir ningún ruido.
Este trastorno puede causar que los dientes duelan o se suelten, llegando a fracturarse una parte de ellos o en su totalidad. Esto, porque los dientes pueden ejercer una presión excesiva, generando una contracción en los músculos, los tejidos y las estructuras que rodean la mandíbula. Dicho esto, si continúa ocurriendo a largo plazo puede provocar problemas en la articulación temporomandibular.
¿Bruxismo en los niños?
Este problema puede afectar tanto a adultos como a niños y por similares causas: estrés. Tomando en cuenta que el bruxismo infantil no se considera una patología como tal, siempre se sugiere consultar a un odontopediatra ya que no existe un tratamiento único y determinado.
Una de las sencillas medidas que se recomiendan es relajarlos, por ejemplo, leyéndoles un cuento antes de dormir o darles un baño tibio, intentando así que se acuesten tranquilamente.
Otros consejos es evitar que se duerman mirando pantallas de cualquier tipo (tv, tablet, o celular). Y en caso de escuchar sus dientes rechinar mientras duermen, hay que cambiarlos de postura, posición y observar si el sonido se detiene.
¿Cómo identificar si tengo bruxismo?
Generalmente una persona bruxópata no es consciente de lo que le sucede, por lo que se complejiza el diagnóstico y el tratamiento debe ser multifactorial.
Detectar que tenemos bruxismo puede tomar tiempo, a menos durmamos con compañía o nos sometamos a una evaluación médica para el diagnóstico.
Se manifiesta de diversas formas. si al despertar sentimos dolor en los músculos de la mandíbula, faciales y de cuello es muy probable que estemos ante un caso de bruxismo. Si bien hay algunos que no presentan síntomas, quienes sí lo hacen pueden sentir:
- Dolor de cabeza
- Dolor de oídos
- Dolores dentales
- Dolor de mandíbula o boca
- Sensibilidad muscular
- Sensibilidad a las cosas calientes, frías y dulces
- Dolor y/o inflamación de las mejillas
- Ansiedad
- Insomnio
¿Qué consecuencias podría tener?
Independiente de la edad del bruxópata las principales consecuencias son el desgaste del esmalte dental y de los mismos dientes, pudiendo llegar a provocar la fractura de alguna diente. Por añadidura, las encías se pueden inflamar y causar que algún diente se mueva.
¿Cuáles son los tratamientos?
La manera de frenar y tratar el bruxismo depende de la causa de este trastorno. El uso de una placa o plano de relajación durante la noche es una de las opciones de tratamientos más comunes para adultos pero no soluciona el problema.
Generalmente la principal causa del bruxismo es el estrés, por lo que es recomendado practicar algunas técnicas de relajación. Ya sea escuchar música, leer, meditar, ejercitarse, darse un baño, entre otras.
Otra manera que podría resultar es aplicar una toalla húmeda y caliente sobre el rostro para aliviar el dolor muscular por apretar de los dientes al dormir o durante el día.
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